AUGE Y CAÍDA
por Pablo Huneeus
Hay libros que se rescriben solos, cambian de sentido y a pesar de estar muertos u olvidados. súbitamente resucitan a hablarnos de lo que estamos viviendo ahora. Es el caso de “Auge y caída del Tercer Reich”, escrito por el historiador William L. Shirer (1904-93) cincuenta años atrás.
Tiene como cuño de portada un rombo con la svástica nazi, el que mirado a cierta distancia recuerda el logotipo, también en forma de rombo, del actual gobierno de Chile.
Pero lo notable es su contenido, porque al releerlo hoy se aprecia que no sólo trata de la Alemania nazi del siglo pasado, que basó su auge en la propaganda gubernamental. También nos instruye sobre:
A.- La arrogancia intrínseca al nacional socialismo, en su afán de dirigir la sociedad en lugar de dejar que ésta se desarrolle libremente.
B.- El tercer reinado de la Concertación.
C.- La relación dialéctica entre el plan auge, la colita de caballo de su ridículo impulsor y el paso de ganso de los que sabemos.
Y quienes subestimen el peso de los médicos en la opinión pública –están todo el día viendo pacientes, hablándole a la gente– recuerden el paro médico de julio de 1973. “Chileno Cuídate” decía el volante del Colegio Médico que distribuyeron para la ocasión, “En los pabellones no hay gasa, algodón ni instrumental...Chileno, evita accidentes, no hay yeso ni linón...Aquí (a los médicos) se les desprecia y se les quiere hacer mediocres.”
El impacto en la opinión que tuvo el párele de los galenos fue punto de partida y base moral para que otros gremios en menos de tres meses terminaran por derrocar al gobierno socialista de entonces.
Encima, la robatina generalizada que caracteriza al gobierno de Lagos, además desacreditar a la clase política en su totalidad, le ha menoscabado su legitimidad personal como Jefe de Estado. Llegaron a puro saquear, es el sentimiento profundo del país real. Pero ese sentimiento dirigido inicialmente a la banda de bigotitos negros en puestos de segunda fila, –gobernadores de provincia, gerentes de empresas públicas– está rápidamente llegando a la corte más íntima de palacio, a sus subsecretarios y ministros.
Todo, en un ambiente de crisis económica y cesantía que no hace más que agravarse de mes en mes, sin que se perfile alivio alguno.
Lo grave es que en los llamados de duques y condes del negociado a cerrar filas en torno a Lagos ya se advierte el consabido “todos con el Führer”, que ha llevado a tanto mandamás a quedar atrapado en su corte de aduladores, sin captar cuánto el pueblo detesta a los corruptos emperifollados que lo rodean. La autoridad nacional socialista, enseña Shirer, tiende siempre a tapar los escándalos con propaganda.
Es pan para hoy, la vida sigue, al menos por un rato, hasta el próximo abucheo. Pero a la larga, enseña la historia, cuando el rey, por proteger a su séquito da la espalda al pueblo, lo que hace es mostrarle la nuca a la guillotina.
