PARADOJAS DEL BICENTENARIO
por Pablo Huneeus
Cuando vemos a dignatarios de la oligarquía santiaguina haciendo públicas loas a los doscientos años que cumpliría la República en 2010, no podemos dejar de recordar que precisamente esa alianza de burócratas imperiales, hacendados, y clérigos de la aristocracia fue el mayor impedimento que tuvo la Independencia.
También hay otros absurdos del bicentenario:
1.- La Proclamación de la Independencia de Chile fue el 12 de febrero de 1818 por medio de una incendiaria publicación sobre los derechos del hombre, hoy prudentemente fondeada, y no el 18 de septiembre de 1810 en Santiago, que es apenas cuando se constituye una Junta de Gobierno leal al “bienamado” reyezuelo español Fernando VII, quien había sido derrocado por los franceses.
2.- De lo que se independiza Chile es de España, país que llevaba trescientos años explotando nuestras riquezas, reventándonos con tributos a favor de la familia Borbón y cometiendo toda suerte de tropelías contra lo población nativa.
¡Oh vueltas de la vida! Ahora España, nuevamente convertida en reino Borbón (“Su Majestad el rey Juan Carlos”, “Boda del Príncipe” y todo eso) ha sometido a su férula nuestra economía.
Telefonía, usura legalizada (bancos), agua potable, generación de electricidad, carreteras cedidas para que cobren peaje, derechos de pesca industrial, instituciones de previsión social forzada (AFP), edición de libros, colegios, influyentes sectas religiosas, todo en gran medida controlado por la cosa nostra ibérica.
3.- Al aproximarnos al bicentenario, la población indígena, en especial la mapuche, se encuentra más discriminada, empobrecida y arrinconada que en tiempos de la Independencia. Esto, en circunstancias de que los batallones patriotas que formara el propio O’Higgins con gente del sur, eran en su mayoría araucanos.
4.- Así como la Expedición Libertadora del Perú que zarpó de Valparaíso el 20 de agosto de 1820, fue una obra básicamente chilena, el Ejército Libertador que nos da la Independencia es esencialmente un producto argentino. Sin José de San Martín y el apoyo de tanto patriota trasandino, no habríamos tenido las victorias de Chacabuco el 12 de febrero de 1817 ni la de Maipú el 5 de abril de 1818 que nos libraron del Imperio.
Así todo, en lugar de integrarnos en un sólo estado federal que fuera de costa a costa, como Estados Unidos, a doscientos años de la gesta común seguimos divididos por gobiernos incultos, dedicados a disputarse lo que hay de sobra para todos: mar, desierto y Patagonia.
5.- En cuanto a libertad, la primera de las libertades, la de expresión, está alcanzando para el bicentenario su nivel más bajo. De la pluralidad de diarios, quedan dos cadenas de pensamiento único a manos de la misma oligarquía financiera, mientras de las radio de provincia, nada. Leyes que censuran la opinión, prohibición de disentir, desaparición de la sátira política y de la caricatura que tanto libera el espíritu.
6.- De igualdad, bueno, tenemos una de las más inicuas desigualdades en la distribución del ingreso de todo el mundo. Un dilecto dos por ciento de la población acapara cerca de la mitad del ingreso nacional, (ver utilidades de bancos e Isapres) mientras su buen millón de chilenos aptos para trabajar está cesante o en condiciones de sub empleo. Además, plena vigencia de la discriminación racial, social y lo peor, educacional habiéndose perdido el ideal de igualdad de oportunidades para acceder a la formación profesional.
7.- ¿Y la fraternité mon amie? Para apreciar cuánto hemos avanzado en solidaridad social, en hacer una sociedad más humana, véase un sistema de salud que trata enfermedades, no personas; una justicia que se carga siempre hacia el más rico y una educación para pobres distinta de la que reciben los pudientes.
8.- La naturaleza, la copia feliz del Edén ¿cómo la hemos tratado en dos siglos de ocupación a rompe y raja? ¿Está más bonito el país? Los bosques, las playas, el campo ¿están mejor? ¿Queda alerce?
9.- Habrá que dar cuenta también de lo que se ha hecho con el patrimonio ferroviario y arquitectónico que nos legaron los abuelos. Se descrestaron y endeudaron por varias generaciones para dejarnos una red ferroviaria impeque, con lindas estaciones y estupendos trenes, todo ¿para qué?
Ídem, tanta albañilería histórica, casa colonial y palacete gótico que ha sido demolido para dar cabida a horribles edificios.
10.- No es por nada que el actual gobierno socialista impulse como emblema del bicentenario un negociado inmobiliario en base al charqueo de propiedad pública, como es el Aeropuerto de Los Cerrillos. Junto con restringir otro poco la libertad del individuo a tener su propio avión, la desaparición de ese aeropuerto traiciona la memoria del filántropo norteamericano que lo donó.
11.- A propósito de Santiago, que tan poco aportó a la Independencia en comparación al sur, llega al bicentenario convertido en la pústula maloliente que centraliza el dinero, las influencias y el poder, todo a costa de las regiones.
12.- Pero la moral, el espíritu o ánimo de la gestión pública ¿qué van a decir el 2010 ¿qué independencia es obedecer al sheriff? ¿Qué perdieron su tiempo todos cuantos por altruismo fueron a la guerra, sirvieron sin coimas ni dietas al Estado o sudaron para que Chile tuviera industria nacional? ¿O que no pueden hablar con la boca llena?