Pablo Huneeus
Seguir a @HuneeusPablo

LO IMPENSABLE, 12ª EDICIÓN
por Pablo Huneeus

A raíz del recrudecimiento del militarismo en un mundo supuestamente en paz, decidí actualizar entero el libro de 1983, “Lo Impensable”, sobre la guerra nuclear. Ésta décimo segunda edición, cuyo subtítulo es “Armas y reactores nucleares en un mundo caliente”, acaba de salir de la imprenta. ($ 5.500.- el ejemplar a domicilio, con autógrafo, ver “Oferta”.)

Fueron cinco meses raspar la pintura vieja, botar lo superado por nueva información y exponer novedades como la inclusión de la bomba atómica en los arsenales de ocho Estados belicosos, la guerra de baja intensidad como medio de acallar conflictos sociales, el vertiginoso aumento del gasto militar, Chernóbil, y la relación entre armas y reactores nucleares.

Viene además, un nuevo capítulo, –el VII “No es por malo”– sobre el bombardeo de Valparaíso en 1866, perpetrado por España en connivencia con las armadas de Estados Unidos e Inglaterra.

Para dar una idea, a continuación van un par de páginas, tomadas al azar, del capítulo V “El vasto desconocido”:

”La Primera Guerra Mundial (1914-18), conocida también como la “Gran Guerra”, siendo la más grande de la historia (70 millones de combatientes, 16.2 millones de muertos) es, además, un ensayo general de aniquilación total.

Ahí, debutan formas de pensar y de matar, que bien pueden llevar a una hecatombe nuclear:

1.- El uso de cuanta arma de destrucción masiva exista. Los avances de la ciencia, la intelectualidad, el mar, los recursos mineros, la industria, las juventudes del mundo, todo se pone al servicio de la guerra. Artillería pesada, gases venenosos, ametralladoras de tiro rápido, tanques, cargas de profundad y aviones, no bien salen de la fábrica y se lanzan a plena capacidad contra seres humanos. La primera bomba atómica, recordemos, la tiran, no por ser indispensable para que se rindiera luego un Japón en retirada, sino a causa del típico frenesí de probar ya, el nuevo juguete.

2.- La instauración de corporaciones financiero- militares que lucran con la guerra. Abastecer la máquina militar pasa a ser uno de los negocios más rentables y corruptos del segundo milenio. A igual que las tabacaleras y la droga, la industria armamentista se vale del soborno a políticos, de los medios audiovisuales, del rock y del terrorismo para incentivar la ingesta de su mercancía.

3.- La visión bipolar del mundo. Lo de nosotros, dueños del mundo, es perfecto, infinitamente justo e inapelable. Todo cuanto sea diferente, complejo o incomprensible va al tarro de la basura. Es la luz y las tinieblas, el bien absoluto y el mal total, aquellos que no están con nosotros, están contra nuestra, es la consigna, como si entre Dios y Lucifer no hubiera espacio alguno.

4.- La liviandad con que se inician guerras y la facilidad con que se propagan. Un ciudadano serbio de 19 años asesina al archiduque y su esposa en una calle de Sarajevo.

En represalia, el gobierno del imperio austro-húngaro invade militarmente Serbia. Rusia moviliza su ejército en defensa de Serbia. Al entrar Rusia, le corresponde intervenir a su aliado, Francia. Al involucrarse Francia contra el imperio, Alemania le declara la guerra. Para atacar Francia, el quinto ejercito alemán pasa por Bélgica. Inglaterra se ha comprometido a proteger a Bélgica, por lo que declara la guerra a Alemania. Estados Unidos solidariza con Inglaterra y Canadá con su vecino.

Y así, al saltar la liebre cuando menos se piensa, a las semanas de un atentado callejero, el planeta se encuentra sumido en la primera y más grande masacre globalizada de todos los tiempos.

’Que no vuelva a haber guerra’, dicen los oradores en las conmemoraciones, ‘nunca más’.

Sobre el mar Ártico, al norte de Groenlandia, el 21 de enero de 1968, un bombardero Boeing B-52 Stratofortress de la United States Air Force, cargado con cuatro bombas termonucleares de hidrógeno que llevaba prestas a lanzarle a Rusia, comenzó a incendiase durante la maniobra de aproximación al querer aterrizar de vuelta en la base aérea de Thule.

La cabina de mando se llenó de humo, por lo que sus siete tripulantes decidieron saltar en paracaídas. El copiloto quedó enredado en su asiento, los demás salvaron y la aeronave, de ocho motores jet Pratt & Whitney, 48, 5 metros de largo, 56 de ancho, alas de 370 m² de superficie y capaz de llevar 31.000 kg. de bombas a un radio de combate de 7.210 km. terminó estrellándose a 12 km. al norte de la base.

La carga nuclear se dispersó, contaminando con radiactividad los hielos circundantes. A pesar de la trabajosa operación de limpieza emprendida por Dinamarca y Estados Unidos, en que participaron submarinos rastreadores junto a 700 técnicos, una de las bombas, a merced de las corrientes oceánicas, nunca fue localizada.

5.- La ampliación del concepto de enemigo más allá del combatiente mismo, hasta apuntar las armas directamente contra la infraestructura económica, la cultura (teatros, museos) y la población civil.

La modernización del odio sobrepasa el pillaje de la soldadesca cuando se invade un país. Son las operaciones sistemáticas tendientes a destrozar la civilidad, a la usanza de Lovaina, 1914, en que el quinto ejército del káiser fue fusilando a cada tantas familias por cuadra (de a tres niños en fondo para ahorrar municiones), incendiando cada casa, prendiéndole fuego con lanzallamas a cada sala de la Biblioteca Nacional y cañoneando las universidades e iglesias que encontraban a su paso.

Para que se entendiera la lección, la embajada de Alemania en Washington emitió un comunicado diciendo que tras “el ataque pérfido” (de unos estudiantes belgas), “Lovaina fue castigada con la destrucción de la ciudad”.

Siguiendo el ejemplo, Grozny fue castigada el 21-oct-1999 con una andanada de misiles balísticos que mató al instante a 118 personas, casi todas mujeres y ancianos de compras en el mercado central. Bagdad, la de las mil y una noches, bombardeada en marzo 2003 y Beirut en julio 2006, ataques todos perpetrados por Estados nucleares contra gente modesta...”

Sigue.

Contacto Pablo Huneeus