PULGAR ABAJO
por Pablo Huneeus
En el circo romano la plebe apuntaba el pulgar hacia abajo para darse el gusto de ver morir al gladiador o mártir de turno. Por su parte, la televisión chilena ha creado una práctica más perversa aún, que es la de hacer que los propios compañeros de escena, los jóvenes que han sido lanzados a la arena del Coliseo, decidan ellos mismos a cual de los suyos linchar.
Esto viola los valores de amistad y solidaridad que deben regir en toda agrupación humana, sea esta familia, batallón o empresa. Si a nivel del grupo primario impera el soplonaje y el chaqueteo, la sociedad toda se degrada.
No es por nada, entonces, que el cristianismo enfatiza el buen trato al otro como principio ordenador de la fe. En cambio el canal de la Pontificia Universidad Católica, en lugar de predicar el “amaos los unos a los otros”, fomenta traicionar a los amigos y aplaude con laureles de triunfo a quienes cometen tal ruindad.
En esa misma línea, la “nota relativa” que trajo a Chile la Facultad de Economía de dicha universidad, es igualmente perversa por su efecto anti amistad. En lugar de valores absolutos, el siete es para el mejor y el uno para el peor, aún cuando ambos contesten bien. Entonces mi nota depende de que a mi compañero se equivoque. Por lo tanto, no le presto apuntes y hasta lo engaño con información errónea si ha faltado.
Este individualismo agresivo que se está inyectando a la sociedad chilena se aprecia ya en las peleas juveniles, que antes eran hasta que uno caía. En cambio ahora la paliza, sea en bancos, Isapres o universidades, empieza justamente cuando alguien cae al suelo de la desgracia. Basta que alguien esté cesante, endeudado o de duelo, para que todo el peso del sistema se le venga encima.
O sea que en lugar de amistad, se enseña ahora a hacer leña del árbol caído, que es justamente la función que la naturaleza le tenía reservada a los gusanos.