Pablo Huneeus
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SI BUSCAS CASA
por Pablo Huneeus

1.- Fíjate primero en los vecinos que tendrás si compras o arriendas tal o cual morada. La construcción misma, su oscura cocina o abandonado jardín, tienen arreglo; los vecinos mal educados no.

2.- La propiedad horizontal –sitio, parcela o fundo– aumenta siempre su plusvalía, pues cada día hay más gente y menos terrenos. En cambio, la propiedad vertical –departamentos en altura, bulines u oficinas– no bien terminas de pagarla y vale un 25% menos.

3.- El contubernio de arquitectos venales, municipios corruptos e inmobiliarias tramposas ha facilitado en las últimas décadas la construcción de edificios cada vez más altos y de menor calidad. Pasillos estrechos, pobre aislación, peligrosos balcones y dudosa sustentación en caso de terremoto.

Recuerda que el de magnitud 8.8 (Richter) a las 03:34 del sábado 27 de febrero de 2010, causante de daños estructurales a edificios nuevos de Santiago y del suicidio de un “ingeniero calculista” en Huechuraba, tuvo su epicentro a 335 km de distancia y que las normas antisísmicas han sido relajadas al extremo de que en Vitacura se han caído solos edificios en construcción.

Similar sacudón, pero con epicentro en la Región Metropolitana dejará en Santiago y alrededores un desparramo de torres caídas. Para hacerte una idea, ve cómo quedó el edificio Alto Río de Concepción y averigua si a parientes de las víctimas o sobrevivientes, los compensaron en algo.

Ten presente, además, que dicho edificio, cayó de espaldas, sin derribar algún otro a la pasada, como necesariamente ha de ocurrir con los apiñamientos de torres que la industria de la construcción, por afán de lucro, ha levantado en Santiago de Chile. Ya en el terremoto de 1906 de Valparaíso, de magnitud estimada en 8.2, torres de iglesias cayeron unas sobre otras y los actuales castillos de naipes es probable que caigan enteros, cuál álamos en tempestad, para cualquier lado. Moraleja: no compres nada en el radio de otro edificio, pues cualquier día se te puede venir encima.

Y a propósito de tempestades: cerciórate de que en las últimas décadas no se haya inundado la calle y el terreno elegido, pues a todos los ríos de Chile, desde el Lluta en Arica al de las Minas en Punta Arenas, les gusta desbordarse y salir a pasear por sus antiguos territorios.

¿Qué tal corren las aguas –grises y negras– en el sector donde piensas asentarte? ¿El alcantarillado da abasto? ¿Va, como en el casco histórico de Santiago o el plano de Valparaíso, aparte de los tubos que recogen goteos del cielo?

4.- Ascensores. Asegúrate de que si han de sacarte en camilla –o ataúd– quepas tendido.

5.- A Pinochet le debemos el impuesto IVA al libro; a Bachelet, el IVA a la vivienda. Aunque es a partir de 2016, no te adelantes a comprar “en verde” pues la industria de la construcción de Chile, rara vez cumple con los plazos de entrega y los departamentos, al igual que los aranceles universitarios, están sobre valuados, por lo que están condenados a bajar.

6.- Vitrinea créditos. Las inmobiliarias están amalgamadas con los prestamistas que financian la construcción; más que venderte un hogar, quieren hipotecarte de por vida. Por eso, no presumas que el crédito ofertado en la sala de ventas sea la mejor. Capaz que para el mismo departamento te convenga otro banco.

7.- Estudia las garantías y seguros. ¿Qué cubren? ¿Responde el banco? ¿Por cuánto tiempo? ¿Seguridad de que no te van a tapar la vista con otro edificio?

8.- Vista al norte y a los árboles. Se aprovecha mejor la luz natural; hacia el sur o el poniente, de noviembre a marzo el sol pega demasiado fuerte. Los peumos, quillayes o pimientos por nombrar algunos, mejoran el ánimo, absorben el ruido, y sirven de hotel a los picaflores. Importante, que sean grandes y tengan riego.

9.- Cuídate de los aditamentos –jardines, piscinas, cierros perimetrales, evacuación de aguas lluvia o caminos de acceso– aún sin construir. Lo más probable es que la inmobiliaria jamás los haga. En mi caso, por escritura soy dueño de un “club house” y supermercado que nunca se hizo, y el terreno señalado lo vendieron para edificio. Antes de firmar, visita los proyectos anteriores de la constructora.

10.- Tal como hacen las inmobiliarias cuando compran terrenos, una propiedad se paga contra el “Certificado de Dominio Vigente” expedido a tu nombre por el Conservador de Bienes Raíces. Igual, exige el “Certificado de Gravámenes e Hipotecas” y que un abogado de tu confianza –no del corredor– te traduzca a lenguaje claro el enrevesado léxico del contrato.

11.- Salida de emergencia. Si al abordar el crucero del amor lo primero es saber dónde van los botes salvavidas, al embarcarte en una máquina por una travesía de diez o veinte años, tienes que informarte de cómo y a qué precio bajarte. ¿Cuánto del dividendo va a capital y cuánto a puro pagar intereses? ¿Qué te devuelven si te accidentas? ¿Y si viene fallado el producto?

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