Pablo Huneeus
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VÍCTIMAS DE SALMONERAS ¡LEVANTAOS!
por Pablo Huneeus

La Asociación de Víctimas de la Industria Salmonera –AVISA– es hija de la inserción a todo color publicada el miércoles 17 de junio 2009 en la página 36 del diario “La Tercera”.

Se llama “13 argumentos para la eliminación de la industria salmonera”, los que van desde “Un mal negocio para todos” (debe US$ 2.000 millones que se los están cargando al Estado, o sea al contribuyente chileno) hasta “Pésimas condiciones laborales y de seguridad” (anualmente más de veinte trabajadores mueren en faena).

Además, señala el daño ambiental, la amenaza a la pesca artesanal, la destrucción del turismo y la matanza de delfines, pingüinos y leones de mar. A estos últimos, también conocidos como lobos marinos, los balean desde las balsas jaulas o en sus propias madrigueras. ¿Motivo? Perturban a los desesperados salmones del Atlántico que la industria cría en los calabozos acuáticos que hoy plagan el mar de Chile desde el seno Reloncaví a la laguna San Rafael.

En resumen, es un verdadero manifiesto contra la agresividad empresarial, por no llamarle declaración de guerra, que suscriben 32 agrupaciones, sindicatos de pescadores y corporaciones defensoras de la naturaleza. (Se puede bajar en PDF vía Google.)

La contienda es desigual: son 40 empresas operadoras, muchas de capital extranjero, 600 presidios de cultivo (223 infestados de virus ISA), sus 30 mil trabajadores, millonaria recaudación para el organismo de gobierno (DIRECTEMAR) que vende concesiones de espacio marítimo y exportaciones hasta por US$ 2.400 millones (año 2008).

Por el otro lado, un millón 200 mil habitantes (región de Los Lagos y Aysén), gente sana, que adora la zona, y sabe valérselas por su cuenta, hacer patria, sin mendigarle a nadie. Paisajes increíbles, lluvia en abundancia, ríos limpios, bosques mágicos y un mar que tranquilo te baña no en plata, sino en futuro para quienes lo respetan.

AVISA, entonces, sería el paso siguiente de sonar la alarma de incendio: propender a que ese contubernio que ocupa y maltrata todo cuanto hay en las regiones X y XI, pague los daños que inflige.

Aparte del perjuicio a la fauna nativa, que es necesario contrarrestar con programas de recuperación de especies autóctonas, como la tonina, deben los responsables compensar en dinero a quienes hemos sido matoneados, enviados al exilio y en lo económico dañados por el negocio de la sangre fría con carnecita rosada.

Urge tanto para hacer justicia a sus víctimas, como para frenar la depredación hoy y liberar al futuro de bucaneros encorbatados. ¿De qué otro modo evitar que contra Chile y su gente vuelvan a cometerse crímenes organizados, de gran factura, como éste, las inmobiliarias y los DDHH?

Interesados en colaborar, escribir a: pablo@pablo. cl Indicar en asunto: AVISA.

Por su parte, interesados en conocer cómo los cruceros marítimos “Poseidón” hacia 1992 dejaron de operar a causa de la invasión de salmoneras, ver libro del infrascrito: “Chiloé por hoy no más.”

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