Pablo Huneeus
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Andar en la cuerda floja, que se nos mueva el piso y vivir enredado en burocracia – revisión técnica, patente municipal, formulario 29 para pagar el IVA, peajes, contribuciones e isapres– son las vicisitudes que padecemos los habitantes de esta nación rica como ninguna en yacimientos mineros, bosques milenarios y alimentos marinos.

La contrapartida de tanto cobre, plata y oro que a punta de erupciones el supremo hacedor depositó a los pies del cordón andino, es el carácter espantadizo del terruño patrio, el que en sucesivos temblores se sacude de la construcción rasca como el mulo de los tábanos.

Por eso, si uno vive en cerro, como los porteños, sabe que su casa se sustenta en las vecinas, al igual que los panales de abeja y los departamentos en altura. De ahí que resulte inquietante despertar un día con remezones bajo el piso, para peor causados no por sismos naturales, sino por la mano del hombre, en particular de quien hace siete años recibió del Citibank «por tradición» o sea gratuitamente, el empinado terreno con casa sólida, piscina y frondosa arboleda sobre el cual se sustenta el mío.

Uno de esos árboles (QEPD) dio lugar a la crónica de agosto 2005 «El Peuco del frente» disponible en esta misma web en el menú “Artículos anteriores”, y que en parte dice:

“El Peuco, parado en la baranda de la terraza, me mira. Es un magnífico ejemplar del ave de rapiña que los eruditos denominan «Parabuteo unicinctus» ... vives en el eucalipto del frente, ese inmenso de alto que hay en la trastienda del terreno abandonado de abajo, justo frente a la terraza. Lindo tu nido hecho en la horcadura superior del árbol, donde se divide en tres ramas...”

Pues bien, el favorecido vecino no tardó en hacer leña los eucaliptos, y el peuco y su peuca, que se emparejan de por vida, desaparecieron; además que entró a raudales el agudo bullicio de la autopista.

En diciembre 2012 el ruido viene de los pujos que hace la retroexcavadora para remecer la tierra, proceso que hasta los vidrios estremece. Son tremendas máquinas, de feroz violencia para alterar la geología primigenia del suelo a fin de implantar esa arquitectura metalizada que asola la ciudad.

A peticiones anteriores para que la autoridad contenga la debacle, y visitas de cuerpo presente al palacio consistorial para reclamar prevención, se añade esta última, acompañada de ocho fotografías de las excoriaciones infligidas al cerro nuestro de cada día:

Lo Curro, 3 de enero de 2013
Señora
María Cecilia Madariaga Márquez
Directora Subrogante de Obras
Municipalidad de Vitacura
Presente.

Estimada Directora,
Luego de observar los últimos tres meses el ir y venir de retroexcavadoras en la propiedad de Vía Roja 5251 (ex Vía Morada), del arquitecto Juan Pablo Anguita Gaete, se concluye que la obra en curso corresponde a una «Explotación de Materiales Pétreos en Cantera» sancionada en la ley 685 de 2001 del Código de Minas.

En efecto, tal como me lo hiciera ver un joven geólogo U. de Chile, de la Minera Lumina Copper Chile SA, quien el domingo pasado, camino a subir el Manquehue, me acompaño a tomar las fotos adjuntas, se está utilizando el mentado terreno a fin de obtener lastre para crear un plano.

Son cientos de toneladas de rocas y grava las que se han removido al arbitrio del tractorista de turno, lo que aparte de no conformar una base sólida para construir, debilita una zona movediza del cerro. Normalmente, tal como contempla el citado código, eso requiere la autorización propia de obras civiles -carreteras, edificios, minas, etc.- que intervienen formaciones naturales del subsuelo.

Compárense eso con las obras de la propia Municipalidad, por medio de la constructora Trébol, para contener la Vía Gris, obras que requirieron muros de contención con doble tramado de acero.

A pesar de haber la Dirección de Obras ordenado el 2011 suspender las temerarias excavaciones que había comenzado Anguita, en base a un nuevo permiso de construcción se reanudaron sin mitigar los daños de la arremetida anterior y con mayor ahínco, pero amenazando la integridad de la única calle -Vía Roja- que comunica al sector alto de lo Curro.

Paradójicamente, esto ocurre justo en el tramo de esa calle que el terremoto 27F de 2010 dejó cubierto de rocas, algunas de las cuales siguieron raudas en dirección a la embajada de Rusia. Como puede apreciarse en las fotos adjuntas, ahora el riesgo de aludes es mayor.
Le saluda atentamente,
ph

Pues bien, ayer (4-feb-13) me llegó de la Municipalidad de Vitacura el oficio Ordinario DOM Nº 99/ 2013 de la Dirección de Obras Municipales, Subdirección de Inspección, fechado 16 Ene 2013 que en lo medular señala: «que la Subdirección de Inspección ha constatado que existen obras que se ejecutan en disconformidad al Permiso de Edificación Nº 117/2012 del 28/08/2012 para esa propiedad.

Por lo anterior se ordenará la paralización parcial de las obras que se ejecutan en disconformidad al Permiso de Edificación, específicamente en los deslindes Norte y Oriente de la propiedad... »

Macarena Camposano Luzzi
Directora de Obras Municipales (S)
* * *

Jueves, 07 de Febrero de 2013 12:08
Señora
Macarena Campossano Luzzi
Directora de Obras Municipales (S)
Presente

Estimada Directora,
En atención al oficio DOM 99/2013 del 16-ene-2013 que tuvo a bien hacerme llegar, informo a Vd. que si bien la retroexcavadora ya escapó impune, ahora con roto martillos manuales (cangos) siguen raudos excavando el debilitado cerro.

Además, en la susodicha obra no han hecho nada por retirar las toneladas de grava, rocas y tierra lanzadas sobre la berma (7.50 m. del eje central del pavimento) que conforma dicha vía pública, único acceso a la parte alta de Lo Curro.

Tampoco se aprecia que estén construyendo muros de contención tendientes a mitigar los daños perpetrados ilegalmente al sector.

Le saluda atentamente
ph

Moraleja: reclamar es necesario, vivir no.
* * *

Apuesta: Durante los meses en que se han efectuado las mentadas excavaciones no han habido precipitaciones de importancia. De hecho, siendo la normal anual de lluvia para Santiago 312.5 milímetros, en lo que va corrido del año el déficit es de 100%.

Otra cosa: aún sin cambio climático ni efecto del Niño, son los meses de junio y julio, cuando se abalanzan sobre el Manquehue tremendos aguaceros de gota larga, que arrastran consigo todo cuanto esté hecho a la diabla.

Por eso, apuesto a que el susodicho terreno no pasa Agosto sin desatar aluvión.

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