Pablo Huneeus
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Urbi et Orbi 78. Domingo 21 de mayo de 2000
RABIETA POR LA EDITORIAL UNIVERSITARIA
Pablo Huneeus

El martes pasado (9-V-2000) apoyada por carabineros y receptor judicial, la empresa que prestó dinero –Santiago Leasing SA– para comprar el terreno donde se acaba de instalar la imprenta de Editorial Universitaria, ocupó el inmueble. Desalojaron al personal, cerraron todo acceso al recinto y dejaron guardias de Wackenhut cuidando.

Al momento de parar las prensas estaban imprimiendo el cuarto tomo de la "Historia de Chile" de don Diego Barros Arana (1830–1906).

Entiendo que se adeudan 15 cuotas del arriendo por el leasing. Ofrecen negociar el saldo de 55.000 UF en 144 mensualidades, pero con aval de la Universidad misma.

Aunque soy un mero cliente que manda a imprimir a dicho taller, a lo largo de los últimos dieciocho años hemos entablado una relación humana con sus trabajadores. Juan Soto, el de la idea de hacerle una nueva portada a "Lo Impensable", Jaime Herrera que se quemó un brazo por destrabar la entapadora, Liliana de las facturas, Juan Peña, que convierte películas amarillentas de viejas ediciones en primores de verano, Leiva que por una letra picada en el tercer pliego de "La Cultura Huachaca" detuvo la formidable Mann (una prensa plana de formato grande), son todas personas amigas que veo seguido.

El lunes 15 me llaman para que los acompañe a manifestarse frente a la Casa Central de la Universidad de Chile, Alameda 1058 y le avise a los periodistas. Mando comunicados a todas las agencias, canales y diarios, pero no hay violencia aquí, no hay toma, carro lanza aguas, ni crucifixión de nadie. O sea, no es noticia.

Damos vueltas, vítores, me pongo al cuello la tarjeta del sindicato. "Próximamente el librería," dice un lienzo "Papelucho Cesante". "Pablo, amigo, impresos está contigo" gritan.

El rector Luis Riveros promete recibirlos el martes (16–V) a la cinco. Me piden vaya con ellos a las cinco de la tarde. "Eran las cinco en punto de la tarde. Un niño trajo la blanca sábana, a las cinco de la tarde… Lo demás era muerte y solo muerte a las cinco de la tarde" (García Lorca)

Le entrego una carta al rector que en lo medular dice:
"Los textos de estudio, manuales técnicos y las obras de ciencia, de arte y de literatura que la Editorial Universitaria aporta, sería imposible producirlos en imprentas comerciales, expuestas al pirateo.

Sin embargo, ese acervo cultural de la nación ha sido saqueado en connivencia con la rectoría de nuestra "alma mater". En efecto, a pesar de las advertencias y reclamos que se le hicieran al rector Lavados, él impone y mantiene en la gerencia de la Editorial a su socio de negocios Rodrigo Castro, quien la lleva a la quiebra no por errores de gestión, sino por obra de actos delictuales, robos de marca mayor, hoy sometidos a la justicia del crimen.

¿Socio? Sí, pues según consta en el Diario Oficial del 6-IX-1995, su antecesor en la rectoría, Jaime Luis Lavados Montes, médico cirujano, Rut 3.849.316–7, junto a Rodrigo Castro Cuevas, ingeniero comercial, Rut. 5.074.432–9 y la Universidad de Chile, Rut. 60.910.000–1 constituyen una sociedad anónima cerrada de nombre "Inmobiliaria Universitaria S.A." (Rut. 96.770.990–5)

Lo demás, es el drama de una casa editorial técnicamente excelente y económicamente rentable, que es impunemente desvalijada por su anterior gerente con el apoyo de su socio, el anterior rector. Ciento veinte personas que han dedicado su vida a fabricar libros, la prensa rotativa "Timson", lo mejor para hacer libros a bajo costo, la Editorial entera, las colecciones de Grijalbo, además de mi programa de tirajes masivos basados en dicha rotativa, todo arruinado.

Por eso, le imploro que arbitre las medidas para salvar la imprenta universitaria que Ud. mismo inaugurara en agosto de 1998…"

Replica el rector Riveros que encima, Lavados dejó a la Universidad endeudada en 17 mil millones con la banca privada, lo cual en puros intereses le merman 3 mil millones a su exiguo presupuesto. Un año más que sigue y la Universidad entera quiebra. A la fundación Puelma, por ejemplo, que da becas para fisiología, le cambió 600 millones de sus activos líquidos (depósitos etc.), por acciones de la Editorial Universitaria que no valen nada. ¿Qué se hicieron esos 600 millones? La Editorial, explica, que tenía activos por 2.500 millones y tras todas clase de cosas raras adeuda ahora 3 mil millones. Para peor, Rodrigo Castro, quien fuera aventado por su doloso manejo, se permite demandar a la Universidad en un juzgado del trabajo por pago de gratificaciones (Lavados declaró en favor de su socio en dicho proceso) etc. etc.

Claro, de acuerdo rector, pero son todas acciones que se originan aquí, le digo señalando con el dedo el piso sobre el cual estamos, y de aquí debiera salir la solución.

Me explica que un ente estatal no puede dar así no más un aval, que carece de recursos para hacer el cheque de la salvación y que tratándose de una situación provocada por un ilícito, no puede hacerse parte de ese ilícito.

Por su parte, en la causa incoada en el 19° Juzgado del Crimen por la Universidad y la Editorial, el peritaje contable indica que el monto del fraude asciende a 1.434 millones de pesos. Entre las figuras descubiertas: doble "factoring" por 400 millones, falsificación de utilidades, asesorías laterales ¿Inmobiliaria Universitaria?, viajes a Europa con viáticos millonarios, etc. etc.

También considera Riveros que la compra de la rotativa fue un error, que esa maquina sobrepasa el mercado nacional de libros y que por lo tanto estamos ante un empresa hoy económicamente inviable.

El pulgar del César apunta hacia abajo.

A los dirigentes sindicales les sugirieron en la rectoría que fueran a hablar con el asesor cultural del presidente Lagos, Agustín Squella. Fueron el miércoles a palacio, pero el asesor, junto al propio rector Riveros, viajó ese día a Buenos Aires integrando la comitiva presidencial que había de condecorar a la cantante argentina Mercedes Soza.

El jueves de madrugada los estudiantes ¡vivan los estudiantes! desalojaron ellos a los guardias de Wackenhut y ocuparon la imprenta. Al otro día ocuparon las oficinas centrales de la Editorial en calle María Luisa Santander y el sábado hicieron un gran mitin estudiantes, trabajadores, literatos. La prensa ha comenzado a interesarse en el caso. Curioso, la Editorial fue fundada por estudiantes a partir de una central de apuntes en la Escuela de Ingeniería, y medio siglo después son los mismos estudiantes quienes mantienen la idea de que la Universidad de Chile debe contar su editorial. Una universidad sin editorial dijo uno, es una universidad analfabeta.

¿Y qué fue de los autores del "ilícito"? A Rodrigo Castro, dicen, se la ha visto feliz por la calle. "Los ricos cuando caen, caen parados" comenta Liliana. Jaime Lavados, en cambio, al terminar su brillante gestión de rector fue premiado por sus camaradas del Partido Demócrata Cristiano con el frondoso puesto de Embajador de Chile ante la UNESCO en París, donde reside actualmente gozando de un magnífico sueldo en dólares.

Para Armando Uribe, que es poeta, la quiebra de la Editorial es el quiebre del espíritu de Chile. Para mí, que no soy poeta, es delincuencia gerencial, o sea lo que en sociología se llama "crimen de cuello blanco" y en castellano, "corrupción". Y de eso si que vamos a morir.

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